lunes, 16 de febrero de 2015

Los intocables


Desde que nacemos hasta que morimos, en ese camino al que llaman vida, todos, continuamente, vamos tomando una serie de decisiones que provocan nuestra forma de ser. Muchas veces las decisiones de otros también nos condicionan, pero la mayoría de las veces somos nosotros quienes nos hacemos. Por el camino, en reiteradas ocasiones decidimos que ciertas cosas son mejores que otras, que por mucho que pase el tiempo, dichos objetos o personas siempre formarán parte de nosotros.


Obviamente no vengo a hablar de personas, más bien de mangas, que no de anime u otras cosas, temas que tocaré en otra ocasión. Dentro de poco hará diez años desde que compré mi primer tomo manga con mi propio dinero, algo que nunca olvidaré y siempre me acompañará. Gracias a ese recuerdo tan vivo en mí, puedo ver o querer al cómic japonés de una manera especial, y seguir leyendo cada día algo que me apasiona. En ese tiempo, desde que compré ese manga hasta el día de hoy, he tenido y leído más mangas de los que puedo recordar o MAL me recuerda (ya que me lo hice hace un par de años, durante los primeros ocho no tuve dónde llevar la cuenta); y he podido crear lazos muy fuertes con algunos, que son los que yo llamo los intocables. Pasarán los años, maduraré y creceré, encontraré cosas que actualmente no me agradan y es posible que entonces sí, pero tengo claro que esos "dibujitos chinos" siempre me encantarán; para mí es imposible concebir que no recuerde a Bakuman, indudablemente mi manga favorito.

En esta entrada no voy a resumir ni dar mi opinión sobra los mangas que estén en mi lista de intocables, más que nada porque si se encuentran en la susodicha, deberíais saber que son, bajo mi punto de vista, cien por ciento subjetivo, los mejores.
  1. Bakuman (Tsugumi Ohba y Takeshi Obata). Es imposible que ese manga no sea mi favorito, que no se encuentre en esa primera posición en la que lleva años. Conocí esa obra cuando se anunció en la Shonen Jump, allá por el 2008, pero, aunque deseaba con locura leerlo y disfrutarlo como disfruté anteriormente Death Note, decidí esperar a que llegara a España, una edición que no se demoró en exceso. Dicha decisión la tomé por el hecho de que, si era como Death Note, con mucho texto, no sería bien traducida por Internet, y ese manga yo quería, deseaba, leerlo en condiciones. Cuando llegó a mis manos por primera vez, recuerdo que estaba demasiado entusiasmado, que apenas me lo creía. No lo leí, me lo bebí, algo que siempre me pasó con los veinte tomos que tiene la serie. Sabía que trataba de dos niños que querían ser autores de manga (mangakas), pero intenté no enterarme de más, no spoilearme, algo que extrañamente conseguí y de lo que me alegro, porque esos dos meses de espera (salía de manera bimestral), me los pasaba creando teorías sobre qué podría pasar. Al terminar el primer tomo, lo recuerdo perfectamente, me quedé en blanco, sin palabras, porque hasta entonces mi manga favorito, Death Note, había sido destronado, algo que me parecía muy complicado; hasta yo pensé que me había precipitado al decir que era mi manga favorito con haber leído solamente el primer tomo, pero no he cambiado de opinión hasta el día de hoy.
  2. Death Note (Tsugumia Ohba y Takeshi Obata). Recuerdo perfectamente el día que conocí ese manga. Mi primo, que fue el que me introdujo en este mundillo cuando aún era un enano que no sabía que Dragon Ball u Oliver y Benji eran animes, vino un día a mi casa para pedirme un favor, escanear unos "libros". Claramente no le dije nada y subimos a mi cuarto a escanearlos, resultaron ser los primeros tomos de Death Note, que una amiga le había dejado y el iba a escanear para poder leerlos hasta que tuviera el dinero suficiente hasta comprarlos. Me llamaron mucho la atención las portadas, y como ya tenía algún que otro manga, le pregunté de qué iba dicha serie. Me lo contó con pelos y señales, hasta me spoileó lo que le pasa a L a la mitad de la historia; pero incluso así opté por comprarlos y leerlos. Poco después de eso llegó la Feria de Abril de Sevilla y, con el dinero que mi abuelo me dio para montarme en las atracciones, me fui corriendo a la tienda de cómics y me compré los primeros tomos. Apenas dos meses después era mi cumpleaños, y pedí los tomos que me faltaban. Doce tomos que nunca olvidaré.
  3. Naruto (Masashi Kishimoto). Dije que no iba a hablar de anime, pero con Naruto es necesario. Al igual que Death Note, fue mi primo quien me enseñó la obra que nos acontece. Un día, no recuerdo si fue por un cumpleaños o simplemente una comida familiar, mi primo y toda mi familia vino a mi casa, y él traía un DVD (no lo recuerdo exactamente) con episodios de Naruto en japonés. Me contó que no hacía mucho que había empezado esa serie en Japón y ya era muy conocido allí, casi tanto como Dragon Ball, y claro, con siete u ocho años (tampoco recuerdo mi edad exacta), me llamó mucho la atención, más que nada porque me encantaban las aventuras de Goku. Me vi esos episodios con él y me encantaron, así que vi todos los que pude con él, hasta que, años después, los vi ne la televisión. Cuando empecé a comprar manga y a entender todo ese mundillo, me enteré de que había un manga de Naruto y, sin dudarlo, empecé a comprarlo (aunque lo hice por donde iba en el anime, no desde el principio). Está claro que Bakuman y Death Note me gustaron más, pero Naruto lleva conmigo más de diez años, y eso hace que sea muy especial para mí.
  4. Shokugeki no Soma (Saeki Shun, Yuuto Tsukuda y Yuki Morisaki). Es el manga más reciente que ha entrado en los intocables. Lo empecé a leer desde que se publicó el One-Shot en la Shonen Jump y, semanalmente, desde comenzó en las páginas de la misma revista. Son años leyéndolo al día, semana a semana, mes a mes, y eso es, para mí, un cariño que no le tengo a todos. Solo a unos pocos como Kuroko no Basket, World Trigger, Magi, etc. Al principio este cuarto lugar era de Kuroko no Basket, pero a cada capítulo que leo de Shokugeki no Soma, me gusta más y más, así que probablemente este cuarto puesto pueda ser compartido con la obra de Tadatoshi Fujimaki. La conocí porque desde 2008 sigo la Jump, y claro, obra que sale obra que leo, y esta es de esas pocas que no fueron canceladas a la mínima, y estaba claro desde el capítulo uno por qué. Aunque no llevo tantos años leyendo este manga como me llevé con Naruto, One Piece, Bleach o KnB (entre otros), le he cogido cariño muy rápido, tanto que me será imposible olvidarlo jamás.
Con todo esto termino y, antes de que os vayáis, quiero decir que esta NO es mi lista de mangas favoritos, aunque los cuatro están en ella (pero no en el mismo orden). Para mí los intocables son mangas que me han enseñado cosas, que han estado conmigo mucho tiempo y me han gustado de una forma especial, distinta a otros. En mi TOP, como llamo a mis favoritos, Shokugeki no Soma está por delante de Naruto, más que nada porque actualmente me gusta más; esa es una lista que va cambiando constantemente, esta no, a esta solo se añaden mangas, pero no se va ninguno. Estoy planteándome muy seriamente el añadir Suiiki, pero no quiero alargarlo mucho más.

Me gustaría saber cuáles son vuestros intocables. Espero que sean tan especiales como estos lo son para mí.

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